
Pues estamos apañados. El cerebro humano dará siempre prioridad a las cuestiones internas antes que a lo externo; no lo digo yo, lo dicen los neurólogos. ¿Cómo vamos a corregir algo que es inherente a nuestra condición? Y lo que es más importante, ¿queremos hacerlo?, ¿queremos dejar de soñar?, ¿queremos abandonar toda esperanza para abrazar sin reservas la realidad nuestra de cada día?
Si nos centramos siempre en nuestra tarea correspondiente, como autómatas, quizá seamos más felices, pero seremos también menos humanos.
Leer noticia
No hay comentarios:
Publicar un comentario