domingo, 14 de noviembre de 2010

Soñar perjudica seriamente la felicidad

Una vez más, las estadísticas pretenden cifrar los sentimientos. Un estudio de la universidad de Harvard ha concluido que las personas que divagan son más infelices. Dejar que tu mente se evada mientras haces algo distinto, causa tristeza. 
Pues estamos apañados. El cerebro humano dará siempre prioridad a las cuestiones internas antes que a lo externo; no lo digo yo, lo dicen los neurólogos. ¿Cómo vamos a corregir algo que es inherente a nuestra condición? Y lo que es más importante, ¿queremos hacerlo?, ¿queremos dejar de soñar?, ¿queremos abandonar toda esperanza para abrazar sin reservas la realidad nuestra de cada día?
Si nos centramos siempre en nuestra tarea correspondiente, como autómatas, quizá seamos más felices, pero seremos también menos humanos.

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