jueves, 5 de enero de 2012

Pessoa y su desasosiego

Aquí dejo algunos pensamientos del genial poeta.

“Todos tenemos dos vidas:
La verdadera, que es la que soñamos en la infancia,
y que continuamos soñando ya de adultos en un sustrato neblinoso;
la falsa, que es la que vivimos en convivencia con los otros…”

“Nacemos sin saber hablar y morimos sin haber sabido decir. Nuestra vida transcurre entre el silencio de quien está callado y el silencio de quien no fue entendido…”

“Decir lo que se siente exactamente como es sentido –con claridad, si es claro; si oscuro, oscuramente; confusamente, si es confuso-; y comprender que la gramática es un instrumento, y no una ley.”

“Vivir es ser otro. No es posible ni siquiera sentir si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir –es recordar hoy lo que ayer se sintió, ser hoy el cadáver viviente de que ayer fue vida perdida.”

“Todo cuanto hacemos o decimos, todo cuanto pensamos o sentimos, porta la misma máscara y el mismo dominó. Por más que nos despojemos de nuestros vestidos, no llegaremos nunca a la desnudez, pues la desnudez es un fenómeno del alma y no el hecho de arrancarse un  traje. Así, vestidos de cuerpo y alma, con nuestros múltiples trajes tan pegados a nosotros como las plumas de las aves, vivimos felices o infelices, o incluso sin saber lo que somos…”

lunes, 2 de enero de 2012

Contra el insomnio

No puedo dormir y he decidido esperar al sueño aquí sentada, frente al ordenador. La primera entrada del año, un cuento que descubrí por casualidad y me gustar enseñar a mis alumnos.

La niña tenía cuatro años, de manera que con seguridad sus recuerdos eran confusos. Su madre, para hacerla consciente del inminente cambio, la llevó hasta la cerca de alambre de púas y, de lejos, le mostró el tren.

- ¿No te alegras? Ese tren nos llevará a casa.
- Y entonces ¿qué va a pasar?
- Entonces estaremos en nuestro hogar.
- ¿Qué es un hogar? – preguntó la niña.
- Donde vivíamos antes.
- Y allí ¿qué hay?
- ¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás también estén allí tus muñecas.
- Mamá – preguntó la niña -, ¿en casa también hay guardias?
- No, allí no hay.
- Entonces – preguntó la niña -, de allí ¿podremos escapar?
István Örkény, "Hogar", del libro Cuentos en un minuto (Trad. Judit Gerendas, Editorial Thule, 2006)