domingo, 28 de noviembre de 2010

Bolonia killed the philosophy star

¿Por qué no es útil la literatura?, se preguntaban hace años Muñoz Molina y García Montero. Ellos pretendían defenderla de la ignorancia, la misma que parece haberse apoderado de los nuevos sistemas educativos.

El plan Bolonia, ante el que de nada sirvieron las protestas contra su implantación, ya está aquí. Ha llegado para formar ciudadanos más rentables, más pragmáticos, más productivos, pero también más irreflexivos, más insolidarios, más incultos.

"Se están cambiando las premisas de la educación: de un sistema donde se primaba la formación intelectual se está pasando a una enseñanza utilitaria. Estamos viviendo un proceso de conversión de las universidades en un modelo muy impreciso de escuelas laborales". Antonio Moreno, decano de Filología de la UNED.

Ya no importa "saber", ahora se trata de "saber hacer". Evidentemente, la nuevas generaciones tienen que ser competentes, pero eso no es suficiente, hay una serie de conocimientos humanísticos que no pueden quedar en el olvido. La filosofía, la historia o la filología son necesarias para formar personas completas, capaces de pensar por sí mismas, de comprender al otro, de no olvidar su pasado.  


jueves, 18 de noviembre de 2010

Animalitos

Introducción a las fábulas para animales
Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales [...]
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejá atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
—ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente—
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.
Ángel González

domingo, 14 de noviembre de 2010

Soñar perjudica seriamente la felicidad

Una vez más, las estadísticas pretenden cifrar los sentimientos. Un estudio de la universidad de Harvard ha concluido que las personas que divagan son más infelices. Dejar que tu mente se evada mientras haces algo distinto, causa tristeza. 
Pues estamos apañados. El cerebro humano dará siempre prioridad a las cuestiones internas antes que a lo externo; no lo digo yo, lo dicen los neurólogos. ¿Cómo vamos a corregir algo que es inherente a nuestra condición? Y lo que es más importante, ¿queremos hacerlo?, ¿queremos dejar de soñar?, ¿queremos abandonar toda esperanza para abrazar sin reservas la realidad nuestra de cada día?
Si nos centramos siempre en nuestra tarea correspondiente, como autómatas, quizá seamos más felices, pero seremos también menos humanos.

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jueves, 11 de noviembre de 2010

El imbécil que miraba fijamente el dedo

Un brillante asesor, de esos que no se sabe muy bien a qué se dedican, ha propuesto cambiar el orden de los apellidos para favorecer la igualdad. Gracias a ello, María Abad, que cobra menos que sus compañeros de trabajo hombres, que tiene que llevar siempre jersey de cuello vuelto porque si no "distrae" a estos últimos, de los que además tiene que aguantar estoicamente bromas sexistas, es hoy más feliz y se siente más realizada porque el día de mañana, cuando se quede embarazada y la miren mal en su empresa, por lo menos tendrá el gran consuelo de que su hijo lleve su apellido primero.

Cuando el dedo señala la luna, el imbécil mira el dedo.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Ladrones de tesoros

La condena 
El que posee el oro añora el barro.
El dueño de la luz forja tinieblas.
El que adora a su dios teme a su dios.
El que no tiene dios tiembla en la noche.

Quien encontró el amor no lo buscaba.
Quien lo busca se encuentra con su sombra.
Quien trazó laberintos pide una rosa blanca.
El dueño de la rosa sueña con laberintos.

Aquel que halló el lugar piensa en marcharse.
El que no lo halló nunca
es desdichado.
Aquel que cifró el mundo con palabras
desprecia las palabras.
Quien busca las palabras que lo cifren
halla sólo palabras.

Nunca la posesión está cumplida.
Errático el deseo, el pensamiento.
Todo lo que se tiene es una niebla
y las vidas ajenas son la vida.

Nuestros tesoros son tesoros falsos.

Y somos los ladrones de tesoros.

Felipe Benítez Reyes

De «Los vanos mundos»

lunes, 1 de noviembre de 2010

Una pizca de poesía

Serenidad
                                                               
Duy Huynh
Serenidad, tú para el muerto,
que yo estoy vivo y pido lucha.
Otros habrá que te deseen:
ésos no saben lo que buscan.
Si se durmieran nuestras almas,
si las tuviéramos maduras
para mirar inconmovibles,
para aceptar sin amargura,
para no ver la vida en torno
apasionadamente nunca,
duros y fríos, como piedra
que sopla el viento y no la muda... 
[...]
Serenidad, tú para el muerto.
El hombre es hombre, y no le asusta
saber que el viento que hoy le canta
no volverá a cantarle nunca.
Serenidad, no te me entregues
ni te des nunca,
aunque te pida de rodillas
que me libertes de mi angustia.
Será que vivo sin saberlo
o que deserto de la lucha.
Tú no me escuches, no me eleves
hasta tu cumbre de luz única. 
[...]
José Hierro