jueves, 31 de enero de 2013

MANUAL DEL PERFECTO SUPERCHORIZO


CAPÍTULO IV, SECCIÓN I: Eludir responsabilidades
Cuando el superchorizo sea descubierto podrá escaquearse utilizando uno (o varios) de los siguientes subterfugios:
a) Negarlo todo.
b) Señalar a Urdangarín, a su lado todos parecen buenos.
c) Relativizar el crimen, al fin y al cabo la picaresca forma parte de la idiosincrasia española.
d) "Ese de ahí ha robado más que yo" (si lo de Urdangarín no funcionara, vale cualquiera)
e) Hacerse el despistado. "Ah, ¿pero esos millones no eran míos? Es que tengo tantos que ya no me aclaro"
f) Organizar una liga improvisada de fútbol, poner el porno en abierto o colocarse una mantilla y rezar públicamente (estas dos últimas pueden ser incompatibles, aunque no siempre). No solo no lo condenarán sino que, si además tiene ciertos rasgos de retraso mental, saldrá elegido presidente o ministro de algo. Si ya está en el cargo, será reelegido.
g) Si se tiene potestad (el éxito en el punto anterior ayuda mucho), legalizar el robo mediante un decreto ley y juzgar a los jueces díscolos.
h) Quedarse muy quieto detrás de una cortina y esperar a que dejen de buscarnos.
i) Fingir la propia muerte y mudarse a vivir con Elvis, Marilyn y Sor María.
j) Conseguir el aparatito de los Men in black y utilizarlo durante la emisión de una final de fútbol y/o de GH. El 100% de la población no recordará nada de lo sucedido.
k) Seguir como si nada, en el 98% de los casos los superchorizos se van de rositas (si desea información sobre el otro 2%, véase, por ejemplo, "Muñoz, Julián")

miércoles, 2 de enero de 2013

Símbolos

Normalmente, leer el periódico produce más tristezas que alegrías. Vemos, masticamos y respiramos crisis a diario. Auténticos dramas. Pero, a veces, ciertas noticias inquietan más por su simbolismo que por su contenido.

Que un director de instituto (puesto a dedo por la Administración) recomiende a los padres de sus alumnos que impidan las relaciones sentimentales de sus hijos para que estos se centren en sus estudios puede parecer una desacertada perla neoliberal, sin más, entre tantas otras. Pero es una magnífica síntesis de los principios que dicha corriente enarbola. La vida es una dura competición y solo los más válidos llegarán a la meta. Hay que ser agresivos, competitivos, ambiciosos, para lograr la excelencia. Para ello solo cuenta lo práctico, lo inmediato, lo material, lo contable. ¿Para qué sirven la filosofía, las artes o el amor? No es rentable cultivar el espíritu. Qué tristeza de pensamiento y qué pobreza de espíritu, señor director. 

Pero lo inquietante es que esta es la mentalidad que ha derrumbado el mundo que conocíamos y la que pretende erigirse como la única capaz de sacarnos de la ruina. Quieren hacernos creer que el problema es la solución. Y si los jóvenes, rebeldes por antonomasia, están libres de distracciones y bien adoctrinados (también se les "aconseja" en el bachillerato de excelencia que no se manifiesten y no secunden huelgas), se dejarán conducir. 

Al leer la noticia recordé la obra de Hesse, Bajo las ruedas. Educación y métodos  severos que huelen a naftalina.