
Que el juez Garzón haya sido inhabilitado (¡por unanimidad!) once años por las escuchas en el caso Gürtel es bochornoso e indignante. Más aún cuando los implicados en la trama han sido absueltos. Nunca me ha dado más vergüenza este país de pandereta, de ladrones impunes, de desmemoria histórica, de Quijotes apaleados, de nepotismo sangrante, de inútiles encumbrados y justicia oligofrénica.
Me pregunto hasta cuándo aguantaremos sin gritar, sin decir basta ya, hasta aquí habéis llegado sinvergüenzas. Porque cuando los poderes (¿independientes?) dejan de representar al pueblo no se puede hablar de democracia. Y el pueblo está decepcionado, pero sobre todo, cansado, harto, enfadado y (no nos cansaremos de decirlo) INDIGNADO.
Solo me queda decir una cosa: ¡Váyanse a la mierda!
No hay comentarios:
Publicar un comentario